11/1/10

Niza y Mónaco


Hola

En estos momentos me encuentro dentro de un tren que se dirige a Roma, aun faltan algunas horas de viaje pero necesito escribir algo para aliviar esta falta de comunicarme con alguien.

Primero les contaré que ha pasado desde Barcelona. Pues allá decidí ir a Niza (Nice) en autobús, porque es un medio barato y confiable, además, es el que mejor conozco de España. El trayecto es largo, son algo así como 13 horas de viaje pero no tanto por largo sino porque el servicio para en todas las estaciones de las ciudades principales del camino. Recuerdo que paramos en Girona (España), Montpellier, Nimes, Avignon, Ax, Marsella, Toulon y Niza.

Bueno, hasta el momento había estado con la suerte de no encontrar nieve, pues en el camino llegó toda de una sola vez. El bus estaba programado salir a las 12 de la noche desde Barcelona, pero llegó a la 1.20 am sin que nadie diera razón. Después de dos horas pasamos la frontera francesa sin que ningún control hubiera en la vía. Ya en Francia todo era nieve, nos tocó varias tormentas y lo peor, cerraron parte de la vía hacia Avignon por el bloqueo de la nieve, pero nuestro conductor, un señor español, posiblemente andaluz, de muy buen humor, cambió su trayecto hasta ponernos nuevamente en camino (el señor hablaba todo el tiempo y nos hacía reir). Yo estaba preocupado porque mi amiga Caterine (de Medellín) me iba a esperar a las 12 del día. Bueno, la cuestión es que cuando llegamos a Marsella (en el mediterráneo) ya no nevaba, pero sí llovía. Recordarán que el mar es un amortiguador climático que hace que no haga tanto frío en invierno y no tanto calor en verano.

Mi llegada a Niza no fue la mejor, llegué casi con dos horas de atraso y mi amiga no estaba. Yo sin hablar nada de francés no sabía como comunicarme, los teléfonos públicos eran de tarjeta y una funcionaria del terminal no supo explicarme cómo llamar. Cuando el mal humor se había apoderado de mí, tomé mi enorme maleta y mi morral (25 kg en encima) y con una pierna doliendo salí a buscar un locutorio… sin ir muy lejos encontré uno y pude llamar a la amiga. Ella me había esperado un buen rato y estaba por allí cerca. Cuando ella llegó y la vi sonriente y se me esfumó el mal humor.

Bueno, ya estaba en Niza, una ciudad francesa en el mediterráneo, en toda la costa azul francesa, muy cerca de la frontera con Italia y Mónaco y vecina de la famosa Cannes. Es una ciudad bonita, con una parte histórica interesante, y con un mediterráneo tranquilo, azul profundo y bello.

Ese primer día, y junto con otra amiga argentina, Yanina, que nos ofreció de la mejor manera su hospitalidad que quedarnos en su casa, recorrimos la vida de bares de la vieja Niza. Noté que los franceses son un poco menos hospitalarios que los españoles (es sólo una impresión), pero los comentarios de mis amigas no fueron los mejores tampoco. Me contaron que eran algo “mala leche” a la hora de dar información, que los señores de mayor edad no se bañan y su olor es intenso (yo noté algo de de eso en la estación). De todas formas no se puede juzgar a toda una cultura por simples impresiones, pero de forma positiva vi que los franceses son un poco más organizados, que tienen muchos más inmigrantes y que igualmente la comida que ofrecen es deliciosa.

Al día siguiente partimos a Mónaco, esa pequeña ciudad estado que por sus características tan extrañas la hace también interesante. Es un principado, o sea que tienen príncipes pero no reyes.

Es un pequeño terruño incrustado entre montañas y el mediterráneo, con gran cantidad de edificaciones y una limpieza y orden que no se ve por otros lados.

Ese “principado” vive primordialmente del turismo, de los casinos y de los altos impuestos que pagan sus habitantes y visitantes. Los millonarios del mundo van en sus yates y sus Ferraris a pasar temporadas de descanso. Todo es limpio ya que todo es artificial, los parques, los laguitos, las flores, incluso las playas, hechas de grava de pequeño tamaño.

En las fotos me acompañan Catherine yYanina, pasamos un buen día, si bien no hubo sol, por lo menos no llovió... hacía días no me reía y divertía tanto con amigos. A las chicas muchos saludos y espero verlas en Colombia o donde sea posible.

Quiero entonces dejarles fotografías de estas dos ciudades de la costa azul, en que en invierno puedes ir a la playa (aunque el agua esté muy fría) y en cuestión de 10 0 15 minutos en auto puedes estar esquiando.

Mi autobús en la nevada en Francia.


Panorámica de Mónaco desde el palacio del príncipe


Otro barrio de Mónaco, no recuerdo el nombre.

Muelles en Mónaco

Niza, en la costa azul.

El túnel de la fórmula uno.


Saltando en la curva del casino de la pista de la fórmula uno

Caminando con las chicas en las afueras del casino Montecarlo.


Niza, ya no recuerdo dónde.


Bueno, tengo más fotos, pero esta conexión es bien malita. Me encuentro en Roma y ya les hablaré de esta milenaria ciudad.

Saludos

Á.


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